UNO O DOS

Y el dramatismo se apodera del ser,
el gris color en su saber
que el alma en extremos se halla, busca escapes,
catalizadores, amantes;
aduladores sentires en espera de disipar estos males;
mas nadie!!!
solo uno o aquel que nos ha provocado cruel desaire,
puede disminuir y mitigar el color de nuestra aura, el aire
el suspiro errante exhalando en furia de ataque, desenfreno!
marchiteces espirituales.
Solo uno o dos lo pueden saber,
mientras el beber en cualquier presentación que se halle
ha de disimular el tormento que no acaba de ceder
no dejándose llover para desaguar los males,
sino que nos enfrenta!
nos reta a picarle la cresta,
alterando su alquimia, su naturaleza
hasta que nuestros extremos perjudiciales
decidan matar!
o arrancarle al tormento un estruendo
en son de paz o de atacarle
a que ceda la lluvia para quitarnos de ese…..
ese sentimiento que es… 
que es tan mal acompañante.